
Estuve como quien dice un año mirando aquella hoja de papel en blanco.
El tiempo pasaba, vivía deprisa, y mi pluma seguía sin tinta, mi cabeza sin memoria, sin conciencia, y la hoja en blanco que sostenían mis manos se apropió de un tono amarillento propio de una foto antigua.
No encontraba razones para escribir, ni tiempo, ni ganas. Comenzaba a preocuparme. ¿Sería posible perder de un día para otro las mínimas nociones de escritura que habitaban en mi mente? Es por ello que a partir de ese día, decidí emplear todo el tiempo que tenía, y presté más atención a la reflexión. Pareció funcionar, solo debía ejercitar mi imaginación y mi mente, debía observar, ver, opinar... más bien debía ejercitar mis cinco (o seis) sentidos...
Es eso lo que he estado haciendo todo este tiempo: pensar. Y ahora, si el tiempo y ustedes me lo permiten, dedicaré un minuto a mi pluma.
1 comentari:
Soy Irene! Me gusta mucho tu blog,sobre todo lo que escribiste sobre el periodismo! yo acabo de empezar el mío :)
Un besooo!
Publica un comentari a l'entrada