dissabte, 13 d’abril del 2013

Abril, aguas mil

"Ves cosas y dices "¿por qué?", pero yo me pregunto cosas que nunca fueron, y digo "por qué no?"  Bernard Shaw


“Yo no puedo decir si hay Dios o no. Creo que no, pero no tengo seguridad. Ahora, tengo la seguridad de que el Dios que nos vende el Vaticano es falso, y lo compruebo leyendo la Biblia con la razón y no con la fe. Cuando creemos lo que no vemos, acabamos por no ver lo que tenemos delante”  José Luis Sampedro


"God is a concept by which we measure our pain" John Lennon

"Solamente podemos aspirar a dejar a nuestros hijos dos legados duraderos. Uno, raices; el otro, alas" Hoddind Carter




Tejiste nuestros sueños con historias sin final, i sempre en valencià!. Siempre nos quedábamos con ganas de más. Nos daban envidia tus caramelos de menta. Nos enseñaste a amar la literatura, a amar la vida, a amar la música y el cine, la risa, el teatro y la poesía, a amar el arte de las manos, a llorar si el corazón estaba cansado y a reír cuando latía fuerte. Nos enseñaste a abrir el corazón. Nos presentaste a la creatividad, y con ella pasaron los años. 



Contigo aprendimos a seguir caminando, aunque algunas veces fuéramos hacia el desastre más perfecto. Oh, vamos, ¡hicimos hasta un periódico! ¡Y un musical! “Los Quart Creixent estrenan nueva función en el Circo Margot”. Mira qué titular, ¿vienes a verla?... Éramos un gran equipo. 



Fuiste nuestras manos y nuestros ojos. Fuiste una sonrisa que dio brillo a los días sin sol, y unos ojos a los que no le importaban si las horas bajaban, siempre abiertos. Es lo que tiene…todos los ángeles no tienen alas. Sin duda, estabas hecho de una pasta especial. 



Fuiste un gran apoyo en una época muy difícil. Y me salvaste. Confiaste en mis ideas y pensamientos, en lo que escribía y dibujaba. Confiaste en todo y en todos. Contigo, perderse estuvo muy bien, pero encontrarse (a uno mismo), estuvo todavía mejor. Fuiste un profesor, un padre, un amigo. Y me diste buenos consejos: “M’agradaría saber on has trobat la vareta per fer màgic tot el que toques”. Gracias, gracias, gracias una vez más.

No me quedan casi palabras. Hoy es un día mudo, ha salido el sol, pero yo solo veo nubes negras, y duelen sus perfiles. Lo siento en el centro del pecho. Escucho el silencio. Un silencio que no es amnesia, que guarda un gesto del ayer. Un silencio que borra pizarras y que deja las libretas en blanco. Un silencio que te ha obligado a olvidarte del mundo y que se ha olvidado de los demás. Un silencio que no es más que silencio.

Si bien dicen que la maldición de los optimistas es sobrevivir a todo y que la noche refleja el día que has pasado, a ti hoy te ha tocado ser y vivir para siempre, y a mí esta noche, soñar con lo que más añoro hoy: lo que nunca sucedió. Y la verdad, empiezo cansarme de tener estos sueños solo en abril. Sobre todo, porque yo creía que en primavera las flores solo florecían y lo de marchitarse, lo dejaban para más tarde. Y me canso porque hace justo cinco años, en esos sueños aparecía mi abuelo. Y tu estuviste ahí aquel día y me diste la mejor de tus sonrisas.

“No tornes a mirar la lluna sense recordar que un día tu fores… Quart Creixent”.

Nadie más lo entenderá. Solo los que allí estuvieron sonreirán.


Este matí, quan s’ha alçat, ha vingut a dir-me que el carrer s’havia quedat mut. He guaitat i he vist un carrer de diumenge, sense sorolls, sense cotxes, amb un cel verdós. “Hui no hi ha escola, papá?” ha preguntat. “Clar que sí, es dimarts”. Un llum menut i rogenc es veía arran les teulades, creuant la vora verdosa. Els ulls tancats de les cases, sense llums, sense vida, i nosaltres agenollats davant la finestra i el silenci. “Què passa papá?” “No sé, crec que entre dilluns i dimarts se’ns ha escolat un dia verd”
“Tinc por”. “No patisques, els dies verds son tranquils, però no s’han de viure, només s’han de somniar. Au, tornem al llit i dormim amb força, així el dia verd es tornarà blau” 
Manel Sanchis




Una vez alguien me dijo estas palabras: "El cementerio está lleno de personas imprescindibles". Y vaya si acertó. Aquel día no entendí esas palabras, supongo que era muy pequeña, tan pequeña como para creer que era mentira que las plantas tenían vida solo porque no se movían (me acuerdo que le clavé la uña a una hoja para ver si la planta se quejaba). Ahora lo entiendo, y por eso creo que nadie debe dárselas de nada, porque todos, al fin y al cabo, terminamos siendo, de una manera o de otra, imprescindibles para alguien en la vida. 

Me acuerdo la última vez que te vi. Fue en el río. Yo iba corriendo, con mis cascos y mi música, y vi una bici. Me di cuenta que eras tú. Y me giré. Y vi como la bici se alejaba al compás de Queen. Solo volví a saber de tí porque me comentabas en este blog. Mi fiel seguidor. 

Lo peor no es que te echaremos de menos, lo peor de todo es que ese "menos" muchas veces, irá a más. Y solo pasará... los días verdes. Hoy el cielo esta de ese color, y no se por cuanto tiempo más estaré rota por dentro. 

Vive para hacer mejor a los demás, y no habrá nadie mejor que tú. Diste en el clavo. 


Ah, se me olvidaba... "Qualsevol día el senyor que tanca els paréntesis em donarà permis per a eixir"... Por supuesto 


Gracias, amigo.